Con la matemática y Cristiano todo es posible (2-3)

Oda al buen fútbol en Nervión. Cristiano Ronaldo se volvió a reivindicar (una vez más) recogió de nuevo el Pichichi y vapuleó a su víctima favorita. El Sevilla dio la cara y buscó el empate hasta el final. Con la matemática en mano y a falta de tres partidos, la Liga sigue siendo posible. Toca pensar en Turín.

Un once con sorpresas pero que poco a poco se está convirtiendo en habitual. Sergio Ramos en el mediocentro y Gareth Bale que se quedaba en el banquillo. A la postre el galés fue determinante para servir el tercer gol a Cristiano Ronaldo. El luso, el gran protagonista de la noche en Nervión.

Un partido eléctrico y con alternativas que se convirtió en un correcalles y una oda al fútbol. Hasta pasada la primera media hora no se vieron goles. Previamente, Krychowiak quedaba tendido sobre la lona en un golpe con Sergio Ramos y dejaba a su equipo con diez futbolistas sobre el verde. El equipo blanco (hoy de negro y medias blancas) propinaba el primer derechazo del partido. Cristiano Ronaldo que vio como a las 6 de la tarde ya no era el Pichichi de la Liga, sacó de si una rabia descomunal y con ella batió por dos veces a Sergio Rico.

En el 36’ Cristiano Ronaldo marcó el primero tras una asistencia de Isco Alarcón, una de esas tocadas por la varita mágica del malagueño, y que sólo una bestia como el luso puede rematar. El resultado se amplió 2 minutos después de abrir la lata.

Cristiano de nuevo. Embocaba a gol una ‘peinada’ de Chicharito y batía a Sergio Rico con su voracidad propia. El resultado puso tierra de por medio, aunque se era consciente que el Sevilla no arrojaría la toalla. Y no la arrojo. Intentó recortar distancias y lo consiguió al borde del descanso.

Por un penalti tan infantil como claro. Sergio Ramos derribaba a Aleix Vidal (tremendo esfuerzo del extremo sevillista) y Bacca desde los once metros engañaba a Iker Casillas y se la ponía al ot

ro lado donde se venció. Al descanso el partido se abrió y se vio una bonita batalla que se fue acrecentando con el paso de los minutos.

Ya con Bale sobre el césped, el Madrid mató. O eso al menos fue lo que pareció. El galés le servía en bandeja de oro y diamantes el gol a un Cristiano Ronaldo que consiguió su hath trick para seguir tapando bocas de sus ‘haters’.

Parecía que el choque adquiriría el estado de reposo y que la electricidad tenía fin, pero no. El Sevilla tiró de orgullo y recortó de nuevo distancias marcando el último gol del partido. Vicente Iborra para poner el delirio de un Sánchez Pizjuán invicto hasta la visita del Real Madrid.

El empujón final sin tregua llegó a su fin cuando González González pitó el término del encuentro. Ahora, a falta de tres jornadas, el Madrid se agarra a la Liga y con Cristiano Ronaldo y la matemática en la mano todo es posible.

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